10 cosas que debes tener en cuenta cuando vas a comprar tu primer traje
EL COLOR
Es lo primero en lo que debes pensar. No te vuelvas loco con
las experimentaciones, es el primer traje. Por ello, deberás bucear en los
básicos, en algo que te sirva para cualquier ocasión, y esta función la tendrá
el azul marino. No el eléctrico, no el índigo, el azul marino de toda la vida.
Neutro, clásico, sencillo, perfecto para una reunión de mañana o un evento de
tarde en el que el dress code exija atuendo cóctel.
Puede que en este momento estés pensando: “¿Y no puede ser
negro?”, podría serlo, sí, pero quizá te confundan con los camareros.
PARA QUE LO QUIERO
Una vez te encuentres en el nivel experto de sastrería,
comprenderás que no es lo mismo un traje azul marino para el día y para la
noche, y esos matices los aportan los tejidos en los que se confeccionan. Para
seguir con nuestras buenas intenciones, y teniendo en cuenta que hablamos del
primer traje, optaremos por algo más business, es decir, orientado al día y que
sea extensible a la noche (sin ser específicamente de noche).
El truco para diferenciar ambas ocasiones sin meternos en
muchos detalles es fijarse en el brillo de la tela. Tus mejores amigos serán
los colores mate, el resto, descártalos por ahora.
CUNTOS BOTONES DEBEN TENER
No te vengas arriba todavía y suelta esa chaqueta cruzada,
estamos hablando de botonaduras sencillas, de básicos. La eterna preguntas es,
¿dos o tres botones? Siempre dos, es la apuesta segura, puesto que crean una
mayor abertura en la parte superior de la americana, dando más aire al look (lo
que favorecerá las proporciones de los más bajitos).
*Las chaquetas de tres botones están más orientas a personas
algo más altas y de troncos más largos, porque cierran más la chaqueta. Es por
eso que se reduce la visibilidad de la camisa y se crea un efecto visual más
contundente.
DONDE DEBE CAER EL PRIMER BOTON
No solo es cuestión de elegir el número de botones para
guardar las proporciones, sino de saber colocarlos. Una abertura demasiado
grande en la parte superior hará que parezca que el traje es demasiado grande,
aunque lo lleves perfectamente encajado de hombros y con el largo de mangas
correcto.
Toma de referencia el primer botón (el que abrocharás, el
otro debe quedar suelto), deberá caer justo por encima del ombligo. Justo sobre
este o por debajo, rebasará los límites de las buena proporciones.
LA TALLA
Esta es una de las dudas más frecuentes. Los trajes no van
tallados según la nomenclatura S, M, L, y sucesivos, sino por número, que se
extienden del 46 en adelante. Y aquí es donde comienzan los titubeos. Todo es
cuestión de probarse sin miedo. ¿Cómo saber cuál es la correcta? Fíjate en los
hombros, concretamente en la costura de unión de la manga con el cuerpo de la
chaqueta. Ahora, coloca tu mano en la parte más externa del hombro contrario.
Traza una línea vertical hacia arriba. Justo ahí, en la articulación del
hombro, deberás encontrarte con esa costura de la que hablábamos. Si ésta se
encuentra más dentro del hombro o más allá de esta línea imaginaria, el traje
será más pequeño o más grande, respectivamente.
EL LARGO DE LAS MANGAS
Una vez hayas fijado cuál es tu talla de chaqueta gracias a
los hombros, presta atención a las mangas, que deberán terminar justo en el
hueso más sobresaliente de a muñeca. Si no es así, arréglalo para tener un
acabado perfecto.
EL LARGO DE LA AMERICANA
Estira el brazo hacia abajo y cierra el puño. Donde este
acaba, será donde debe terminar la americana. Es cierto que algunas firmas han
apostado por diseños más cortos o más largos, dependiendo de su estética, pero
las reglas tradicionales de sastrería indican que “la medida del puño” es la
correcta; y como buscamos un traje básico, deberíamos atenderlas.
EL FIT
Con esto nos referimos al ajuste del traje. No todos los
cortes son iguales, dependiendo de cuál elijamos iremos más ceñidos o más
holgados. Según los nuevos cánones, el slim fit manda, aunque es el fit más
complicado, puesto que podemos caer en ir demasiado apretados.
Para asegurarte de que es la talla correcta, además de en
los hombros, fíjate en que al abrochar la chaqueta, las solapas no se abren
hacia los lados y alrededor del botón no se hacen una arrugas a modo de “patas
de gallo”. Si aun así no estás muy seguro de estar acertando, comprueba que
puedes moverte y, sobre todo, respirar dentro de la chaqueta.
LA SOLAPA
En los últimos tiempos, los solapas han tendido a
estrecharse hasta el límite según la tendencia skinny. En lo que no solemos
reparar es en que esta solapa extrema se creó para guardar las proporciones en
esta nueva silueta: cuanto más estrecha es la solapa, más amplia parecerá la
espalda. Un truco visual perfecto.
En la actualidad, sin embargo, podemos encontrar un amplio
rango de solapas. Si eres de hombros estrechos, opta por la estrecha, y
viceversa. En caso de duda, la estándar es la que nunca falla.
EL PANTALON
Esto no sería un traje si no tuviera al menos dos piezas.
Una vez has dado con la americana correcta, vamos a por el pantalón. Ten en
cuenta los siguientes puntos.
- La talla. De nuevo, cuidado con el slim fit. Pitillo no
quiere decir embutido. Si los bolsillos se te abren hacia los lados en forma de
pico, las costuras se estiran hasta llorar y el resultado es el de una maya de
gimnasio, te queda pequeño. Si, en cambio, te caben tres dedos o más en la cinturilla, te queda grande.
- La prueba del algodón. Puede que hayas seguido las
directrices del punto anterior y que hayas encontrado tu talla, pero aquí llega
la prueba definitiva. Ponte el pantalón y abróchalo. Ahora, agáchate
flexionando las rodillas (hasta tocar gemelo con la parte posterior del muslo).
Aguanta dos segundos abajo. Si estás cómodo, es tu talla.
- Los bajos. Despreocúpate de ellos hasta haber encontrado
tu talla. Una vez hayas dados con ella, recoge el bajo del pantalón hasta que
éste roce el inicio del zapato.
FUENTE:GQ
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